Me resbalo entre las manos
que fueron lluvia para colarse
entre las telas.
Entonces llegó,
entró por la ventana
como ráfaga de aire.
Desorientada y confundida,
imaginé la orilla del mar
llena de sus huellas.
Fui serpiente
y al mirar al horizonte,
descubrí que no tenía nada,
ni pasado,
ni futuro,
ni risas,
ni llanto.
2009/09/16
Story of one morning
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